Dimitri Conejo, es un joven programador web. Amante de la fotografía, los viajes y firme defensor (y ejecutor) de la importancia de un buen diseño bajo el lema “menos es más”.

Pero ese “menos es más” además, en su caso, fue una realidad.

De niño, se vio obligado a mendigar en las calles de su Rusia natal con un objetivo: conseguir dinero para comprar comida a su hermana pequeña, ante la imposibilidad de sus padres para cuidarles.

Lo que no imaginaba es que la calle, iba a ser el momento culmen para tocar fondo, aprender y comprender qué es ser huérfano, ser querido y también, ser Rico…y pobre.

El próximo 13 de septiembre, llega a los cines la película EL VENDEDOR DE SUEÑOS, una historia que en cierto modo, se acerca la suya. A veces en la calle, puede ser la mayor escuela para la vida y ¿por qué no? el comienzo para un renacer.